martes, 4 de febrero de 2014

A Octavio Arzola, un juego de béisbol le hizo conocer y entrar a Sidor


           
A Octavio Arzola, un juego de béisbol le hizo conocer y entrar a Sidor
“Sidor se viene abajo en clima
  signado por la anarquía”
*Al Presidente de la empresa le recomienda “que separe la parte político partidista con el aspecto técnico y gerencial, definitivamente hay que poner orden, no se puede ser tan permisivo y por supuesto, la parte fundamental de la industria, inversiones y adecuación tecnológica”
            Cristóbal Pierluissi H.
            Jose Luis Alcocer     
En los años setenta, cuando estaban en su etapa incipiente los Juegos Interempresas, Sidor, para ese entonces presidida por el Dr. Argenis Gamboa y teniendo como Gerente de Planta al Dr. César Mendoza, inició una política implementada desde la Sección de Deportes, que era coordinada por el recordado Casimiro Valdez, quien le vendió la idea a su vez al Dr. Julián Fantin, Jefe del para entonces Departamento de Relaciones Públicas  que estaba adscrito a la División de Relaciones Industriales, dirigida por el Dr. Justo Castillo Martínez, -la Gerencia de Relaciones Industriales estaba a cargo del ingeniero José Luís Hernández., quien años después  se convirtiera en Presidente de la estatal de acero-.
Había entonces una férrea competencia entre las empresas del holding CVG, por liderar la justa deportiva. Fue así como Casimiro Valdez salió a la  “caza” de  nuevos valores deportivos en todo el oriente del país. Por ejemplo, tras varias horas de espera en la cola de las chalanas y de  tránsito por la larga Troncal 10 desde el sur al norte de Monagas, a la ciudad de Caripito, donde ubicamos, entre otros,  a los hermanos Navarro, para integrar el equipo de béisbol de la Siderúrgica el Orinoco. Casimiro les hizo la propuesta de ingresar a la nómina de trabajadores, previo entrenamiento, pero con la condición de que se integraran a la novena sidorista, lo que evidentemente entusiasmó a los conspicuos toleteros y fildeadores, porque sin duda eran muy completos, quienes estaban ávidos por entrar a Sidor.  Y así hay muchas historias parecidas, con otras disciplinas  y en el campo des artes y la cultura, que dieron paso a “Los Jueves Culturales”, en el emblemático Teatro Cuyuní de Matanzas,  que era una actividad a lo interno, para los trabajadores, pero que se convirtió en  precursora de una intensa actividad cultural abierta a la comunidad guayacitana, con transporte gratis desde conocidas paradas de la ciudad.           Para entonces, Venalum lideraba las competencias, porque su presidente, Enrique Castell, no se paraba en nada para traerse de Caracas a excelentes jugadores.
Uno de esos trabajadores que ingresaron a la Planta Siderúrgica en Matanzas, fue Octavio Arzola, quien se convierte en nuestro XI  entrevistado, al responder al cuestionario de la serie “La Historia de Sidor contada por sus protagonistas”.

            Juego de béisbol  le cambia la vida
Octavio Arzola es otro de los venezolanos que llegó a tierras Guayanesas en busca de nuevos alicientes atraído por las oportunidades que presentaba el sur del país como un Polo de desarrollo, como lo que siempre se ha dicho y que no termina de concretarse, “la alternativa no petrolera de Venezuela”, aunque aclara que en Guayana, de alguna manera  y con el programa de desarrollo de las empresas básicas, con la presa hidroeléctrica de Guri y las que surgieron luego, pudiera decirse que “aquí hubo  siembra de petróleo”.
Oriundo de Guiria en el Estado Sucre, Octavio arrío las velas de la esperanza y un buen día del año 1978 decidió desembarcar en la tierra que desde décadas anteriores fue aludida como el Ruhr venezolano o el Pittsburg de Venezuela por sus semejanzas con estas regiones de Alemania y de los Estados Unidos, respectivamente, en las que se construyeron emporios industriales basados en la explotación y transformación del mineral de hierro en acero.
            -Cuando estabas en tu natal Guiria, ¿que información tenías de Sidor, conocías de su existencia?
-El primer contacto que tuve con Sidor fue a través de un grupo de peloteros que fueron a Guiria a un intercambio deportivo, hice amistad con ellos y me propusieron que me viniera a Guayana donde también jugamos béisbol, luego me recomendaron que introdujera mis papeles en el INCE y que siguiera jugando béisbol.
-Cuando arribaste a Guayana ¿Tenías algún familiar en la región, donde llegaste a vivir?
-Si, yo tenía dos tíos, sin embargo, como siempre he trabajado me ubiqué en una habitación alquilada y los tíos y los amigos me orientaron para desenvolverme mejor.
El gran INCE
¿Cómo fue tu ingreso a Sidor?
Respira hondo, como añorando al viejo INCE, fundado por el Maestro de maestros, el margariteño Luís Beltrán Prieto Figueroa, y parafraseando aquella canción del músico apureño Omar Moreno alusiva al llano venezolano, dice “a INCE, cuando era INCE”, para luego contestar nuestra interrogante:
-Primero entre al INCE en un curso acelerado de mecánico y al año ingresé a Sidor como aprendiz, al finalizar la capacitación, la empresa me absorbió y aquí estoy - lo dice orgulloso y palmeándose el pecho.
-¿Cuál fue tu primer cargo y en que Gerencia comenzaste?
-Mi primer cargo fue como lubricador y me inicié en los trenes primarios, tren 500, 800 y 1.100 en el mantenimiento de los equipos, bombas, rodillos, chumaceras, etc., luego cerraron los trenes y me pasaron a Planchones, allí no me gustó el ambiente y busqué transferencia para la Gerencia de Planos Frío (en esos tiempos, como expresa Arzola, se acostumbraba mucho, y la empresa daba esa oportunidad a sus trabajadores, a que se ubicaran donde mejor se sintieran y pudieran rendir más y mejor)  donde la gente del departamento de Grúas me buscó ubicación y todavía al día de hoy me mantengo  en el mismo departamento. Aquí me desempeñé como Maestro Mecánico y luego como Inspector donde también ejerzo como coordinador.
-Evidentemente encontraste oportunidades de crecimiento personal dentro de la organización sidorista….
-Indudablemente. Y a uno le dictaban cursos en el Centro de Entrenamiento “Ing. Otto Rivero Suárez” y en el INCE. Porque Sidor, sin dudas, ha sido una escuela. Aquí usted sale como Maestro Mecánico o de cualquier otra especialidad, como obrero especializado o en funciones supervisorias y puede aspirar a laborar en cualquiera otra empresa del país. De hecho, hubo una época que a los trabajadores y técnicos formados en Sidor, como los de la industria petrolera, se los peleaban en cualquier otra empresa, porque éramos garantía de buen trabajo y rendimiento. Aquí en esta planta pasaron trabajadores -y todavía hay muchos, aunque subutilizados o relegados-  que con su talento le resolvían problemas técnicos y operativos a la empresa, que creaban o modificaban algunos mecanismos que repercutían en mayor productividad y economía para la planta, y eso forma pare de nuestro orgullo sidorista.
Pérdida de identificación

Octavio también evalúa las etapas en que le ha tocado trabajar en Sidor...
“En la época antes de la privatización, la relación entre los trabajadores y con la gerencia de la empresa era de respeto, luego con los argentinos aumentó la rigidez y lo que si se notaba era una identificación  con la empresa, el sidorista siempre ha reclamado  sus derechos, pero nunca dejaba a un lado su responsabilidad como trabajador. Después que Sidor vuelve a manos del estado se ha perdido la identificación con la empresa, creo que debe aplicarse una política para recuperar ese estado de conciencia y sentido de pertenencia, no se justifican cientos de trabajadores que cobran sin trabajar bajo la modalidad de comisión de servicios, que no es más que una figura  que utiliza el partido de gobierno para tener activistas a la orden.
Despartidizar a Sidor
-Si tuvieras que hacerle una recomendación al Presidente de Sidor. ¿Qué le dirías? 
-Que separe la parte político partidista con el aspecto técnico y gerencial, definitivamente hay que poner orden, no se puede ser tan permisivo y por supuesto, la parte fundamental de la industria, inversiones y adecuación tecnológica. Eso es clave, para la recuperación de nuestra querida Sidor, a la que tanto le debemos y  a la que tanto le hemos dedicado la vida. Que es parte de nuestros afectos junto a nuestras familias.
-Sidor siempre ha estado ligada al desarrollo personal, social y colectivo de la familia guayanesa. No en vano su consigna original “Sidor Forjando el Desarrollo Nacional”, porque fue concebida como la gran industria del acero, para producir el mejor acero del mundo, como lo hemos hecho siempre sus trabajadores, competir en el mercado latinoamericano y mundial, y como la empresa de gran contenido e inclusión social, asociada a la búsqueda de esa alternativa no petrolera de desarrollo nacional. Yo diría que aquí, no obstante,  sí se ha sembrado el petróleo,  no solamente en Sidor, sus viejas acerías, luego la planta de Planos y las del Plan IV, sino en todo lo que es este parque industrial que representan las otras empresas  básicas de Guayana, la presa hidroeléctrica de Guri y las demás ubicadas en el río Caroní,  y las empresas transformadoras y de servicios que surgieron al calor de los requerimientos de las grandes industrias. Sobre todo en el área metalmecánica. Amén de las que operan en el centro del país, también transformando y dándole valor agregado a nuestro acero  y aluminio primarios, que es hacia donde debemos avanzar en lo adelante.

Con 35 años de experiencia en el mundo Siderúrgico, Octavio Arzola ha visto millones de toneladas de acero producidas en Sidor y hoy se siente consternado por ver como la empresa que el ayudó a crecer “se viene abajo en un clima signado por la anarquía”, por eso no escatima sinceridad cundo afirma: “¡Orden! ¡Orden! , aquí lo que falta es orden”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario