sábado, 1 de febrero de 2014

Abraham Guzman, trabajador sidorista.-

Abraham Guzmán, 25 años de servicio:
“Hay mucha apatía e indolencia
actualmente en la siderúrgica”

         Cristóbal Pierluissi H.
            José Luis Alcocer
Muchos fueron los hombres y mujeres que en distintas etapas viajaron hasta nuestro país, desde el sur del continente,  para unir sus esfuerzos con los trabajadores venezolanos y contribuir a realizar la magna proeza de construir el emporio industrial que es hoy la Siderúrgica del Orinoco, SIDOR.
Así fue también en la ejecución del proyecto de la Planta de Productos Planos, en la primera mitad de la década del setenta,  cuando comenzó la diversificación de la producción de nuestra principal y pionera industria siderúrgica.  En la construcción del Plan IV de Sidor, en la segunda  mitad de la década de los años setenta, a Guayana llegó un contingente de trabajadores latinoamericanos, ante de la insuficiencia de mano de obra calificada.
El gobierno nacional tomó la iniciativa de llevar a cabo la ampliación y primera modernización de Sidor, así como la ejecución de la Segunda Etapa de la entonces presa hidroeléctrica “Raúl Leoni”, de Guri, que permitió elevar al 67 por ciento la capacidad de suministro para el consumo nacional, así como asegurar el fluido al parque industrial de Guayana y al incipiente desarrollo de la Faja Petrolífera del Orinoco. En ambos proyecto se puso a prueba la calidad de nuestros profesionales de la ingeniería.
De Perú a Guayana
Entre esos trabajadores venidos de otras latitudes a contribuir con su esfuerzo a nuestro desarrollo siderúrgico, encontramos a Abraham Guzmán, quien viajó en 1987 unos cuantos kilómetros desde el Distrito de Bellavista, el cual es uno de los seis distritos que conforman la Provincia Constitucional de El Callao en la Republica del Perú. 
Cuando Abraham llegó a Venezuela, no vivió los avatares que le tocaron a su padre, un artesano peruano, que había viajado una década antes, en plena construcción del ambicioso Plan IV de Sidor.
Tan pronto pisó tierra guayanesa se preocupó por informarse de las oportunidades de estudio, venía con sus maletas cargadas de ilusiones y con su equivalente al titulo de bachiller. En ese momento ya había pasado el lapso para inscribirse en el Consejo Nacional de Universidades y decidió enrolarse en los cursos de capacitación del Instituto Nacional de Cooperación Educativa, INCE, en convenio con Sidor, hoy INCES. Formó parte del primer grupo de estudiantes de electromecánica en un curso de dos años aproximadamente.
Venezolano y sidorista
Nos relata Abraham Guzmán, que una vez finalizado el curso ingresa definitivamente a Sidor, donde ya tiene 25 años de servicios, incluyendo el tiempo de la capacitación, llegó al Departamento de Grúas donde todavía se mantiene como técnico electromecánico.          Sus primeros pasos en el país le produjeron un impacto por lo que significó el cambio de clima, de amistades y también de algunas palabras, que hoy todavía utiliza en el núcleo familiar. Por ejemplo, en una oportunidad, recuerda,  lo mandaron a comprar auyama y no se mentalizó por lo que pidió que le vendieran papayo y lo solucionó señalando el producto que solicitaba.
-¿Qué recuerda de esos primeros años en Sidor, antes de la privatización?
-Por ejemplo, la relación con el nivel Supervisorio  y Gerencial era bastante rígido, se notaban la diferencias en las jerarquías.
-¿Cuáles fueron sus primeras responsabilidades en la industria?
-Comencé trabajando en el Departamento de Mantenimiento Preventivo de la Gerencia de Laminación en Caliente y Frio, después separaron la Gerencia y me enviaron “prestado” al mantenimiento correctivo de Laminación en Frío donde todavía me mantengo.
Relata Abraham Guzmán, que después de 25 años en Sidor, se siente venezolano y sidorista, casado, con tres hijos, siempre pendiente de las noticias que llegan del Perú a través de las redes.
Política gerencial
Considera que la visión con la que han ingresado los  nuevos trabajadores después de la nacionalización de la empresa no es la misma con la que ingresaron los trabajadores de las décadas anteriores. “Hay mucha apatía e indolencia, actualmente en la planta siderúrgica están pasando muchas cosas y a nadie como que le importara”, reflexiona.
-¿Qué hace falta para mejorar las cosas en la siderúrgica?
-Hace falta una política gerencial más clara y efectiva por parte del gobierno, los trabajadores tenemos derechos pero también tenemos deberes que cumplir y es lamentable ver como se está cayendo la producción en Sidor.

Al preguntársele sobre una recomendación para el Presidente de Sidor, no vacila en decir “mano dura, mucha gerencia”, “menos política y más técnica”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario