viernes, 31 de enero de 2014

Félix Pérez, trabajador siderúrgico (IV)

Félix Pérez, trabajador siderúrgico (IV)

“Sidor se va a recuperar”

*En lo que respecta a los trabajadores, nuestra parte está garantizada, esperamos por la voluntad del gobierno.
*Exigimos que el pago de nuestras acciones Clase B sea igual como se las pagaron a los argentinos, porque esas acciones no son chapas de refresco, sino fruto de nuestro trabajo y nuestro ahorro familiar - asienta enfático Félix Pérez.
         Cristóbal Pierluissi H.
            José Luis Alcocer
En reiteradas oportunidades, se ha dicho, y con sobrado fundamento, que “Sidor es una escuela”, que es  “una universidad”. Pero si bien se trata de una afirmación con respaldo en la trayectoria de más de 50 años de nuestra principal y primera siderúrgica nacional, esto cobra más fuerza y veracidad, cuando proviene de uno de sus protagonistas, con 34 años de servicio, como es el caso de Félix Pérez, quien hoy, en vísperas de cumplirse (mañana 9 de julio) del 51 Aniversario de la primera colada de acero, instituido como el Día Nacional del Trabajador Siderúrgico.
           
El ingreso a Sidor
-¿De qué parte del país es y qué tiempo tiene en Sidor?
-Soy de Puerto La Cruz, Estado Anzoátegui y tengo 34 años laborando en nuestra querida planta siderúrgica –responde el experimentado sidorista.
-Antes de ingresar a Sidor, ¿Qué referencias tenía de la empresa y de la región Guayana?
-Yo me vine a los 5 años de edad a Ciudad Guayana y por lo tanto ya tenía conciencia de la existencia de Sidor y sabía lo que estaba ocurriendo, ingresé al INCE en los cursos que allí se daban específicamente en la especialidad de soldadura.
“Sidor es una gran escuela”
-Eso significa que cuando ingresó a la empresa tenía una capacitación previa. ¿Cómo fue eso?
-Estaba cursando el bachillerato y me enteré que estaban dando unos cursos en el Ince en Convenio con Sidor y había la oportunidad de ingresar como artesano, busqué la información, presenté la prueba de admisión y comencé con el curso.

“Aquí se aprende o aprende”
-¿En qué año hizo el curso en el Ince?
Félix hace memoria y responde con un dejo de nostalgia por sus años de mozo: “En 1979 ingresé al Ince, eran unos cursos muy buenos, allí aprendí el arte que hoy desempeño”.
-Después que culminó tu capacitación e ingresara a Sidor, ¿Cuál fue su primer cargo y en que gerencia trabajó?
-Mi primer cargo fue de Soldador Inicial y comencé a trabajar en la Gerencia de Taller Central, en mantenimiento. Hice todo el recorrido de los planes de carrera como soldador y actualmente trabajo en el Taller Zonal de Planos en Frío como Técnico de Metales, para eso tuve que hacer unos cuantos cursos, como treinta  para lograr la clasificación superior. Sidor es una gran escuela, yo diría que la mejor Universidad del país. Aquí se aprende o se aprende, no queda de otra –expresa de manera determinante.
-¿Cómo eran las relaciones con los compañeros de trabajo y cuáles eran las áreas que atendían?
-Las relaciones con los compañeros de trabajo era de mucha solidaridad, el ambiente de trabajo era bastante fuerte y eso quizás aumentaba ese compañerismo. Las áreas que atendíamos eran toda la planta, las acerías, planta de arrabio, planta de cal, HyL I-II, planta de pellas. Sí, sí, toda la planta. Las  plantas del plan IV estaban en proceso de arranque.
-¿A quiénes recuerda de los compañeros de trabajo que se iniciaron con usted?
-Recuerdo a Héctor Marcano, Brazón que todavía está en Sidor, Juan Valor y Nerio Fuentes que también están en Sidor y han tenido trayectoria sindical en la planta.
            Normas de seguridad
-¿Cómo veía la actuación del sindicato en ese tiempo?
-En ese tiempo la lucha con la empresa era más frontal, la dirigencia sindical era combativa, daba la pelea, siempre buscando el beneficio social y económico para el trabajador.
-Con respecto a las normas de seguridad, ¿Qué nos puede decir?
-Bueno, imagínate, en ese tiempo las normas de seguridad eran muy pocas las que se aplicaban, prevalecía más el sentido común que una normativa laboral, eso fue evolucionando con el tiempo, la lucha de los propios trabajadores para protegerse influyó mucho, el ambiente en la siderúrgica siempre ha sido fuerte y en esa época mucho más porque la tecnología no contemplaba algunas protecciones como las que hay hoy en día, por ejemplo las cabinas antisónicas, la protección de mascarillas y demás Equipos de Protección Personal como los protectores auditivos.
“Tampoco teníamos uniformes, se utilizaban bragas y muchas veces las bragas teníamos que cambiarlas constantemente. Por lo menos hoy hasta delegados de prevención se eligen, que es una figura de mucha importancia y de peso en la planta y en cualquier empresa de envergadura,  y hay un seguimiento más técnico a las condiciones inseguras y los actos inseguros y además tenemos leyes como la Lopcymat (Ley Orgánica de Protección Condiciones y Medio Ambiente en el Trabajo)  que sirven de referencia para proteger al trabajador”, afirma.

“Privatización con cambio”
-Cuando la empresa es privatizada. ¿Cómo sintió ese cambio, como fue la actuación de los argentinos?
-Bueno, realmente si hubo un cambio, pero como uno viene es a trabajar y a cumplir con las normas, yo continúe haciendo mi trabajo como siempre, con mucho entusiasmo. Sin embargo, aun cuando aumentamos la producción y los precios del acero mejoraron, los trabajadores comenzamos a sentirnos mal porque veíamos que nuestros esfuerzos no eran compensados, los nuevos patronos no actuaron en correspondencia con los trabajadores y por eso paso lo que pasó.
            “Menos mal, que antes de privatizar a la planta se consiguió esa ley especial que permitió la participación de los trabajadores como accionistas (Clase B) con el 20 por ciento del capital social de la empresa, que  nos permitía recibir ´periódicamente dividendos, pero como socios, según el Código de Comercio, que ahora nos adeudan y no han vuelto a cancelar, en este caso por el Estado socio mayoritario,   así como tampoco se define la suerte y el precio de nuestras acciones, que exigimos sea igual como se las pagaron a los argentinos, porque esas acciones no son chapas de refresco, sino fruto de nuestro trabajo y nuestro ahorro familiar”, asienta enfático Félix Pérez.

“Soy optimista”
-Ahora bien, nuevamente Sidor pasó a manos del estado. ¿Por qué cree que ha bajado la producción?

-Mira, los argentinos invirtieron en muchas cosas y en algunas áreas, pero también le sacaron el juguito a los equipos y cuando se fueron eso quedó allí, latente, y ahora necesitamos que se hagan inversiones en las máquinas, en la compra de insumos y herramientas, en eso que los trabajadores y los técnicos llamamos adecuación tecnológica, que es un planteamiento de los compañeros trabajadores en el resto de las empresas básicas de Guayana; se están haciendo algunas inversiones pero no han sido suficientes. Sin embargo yo soy optimista, Sidor se va a recuperar. En lo que respecta a los trabajadores, nuestra parte está garantizada, esperamos por la voluntad del gobierno. 

            “Mantener el empuje”
-Si tuviera que hacerle una sugerencia al nuevo Presidente de la empresa. ¿Qué le diría?
-Le diría que mantenga el empuje que ha demostrado, que no decaiga, Sidor necesita de alguien que ponga orden y se preocupe por impulsar las inversiones y por atender los reclamos de los trabajadores, allí tenemos el contrato colectivo y el pago de los pasivos laborales.
-Una reflexión final…
-A mis compañeros les digo, el país espera por nosotros, no podemos fallarle, tenemos que echar pálante.
-----------------

           


No hay comentarios.:

Publicar un comentario