Pedro Carpintero, técnico de
Acería de Planchones
“Yo abogo por que se rescate el respeto
entre los trabajadores y el del patrono”
“Se ha perdido un
poco la disciplina que siempre habíamos mantenido, lo mandos medios se sienten
atemorizados porque hay grupos sindicales que arremeten en contra de los
supervisores y como cuentan con el aval del gobierno, se saltan los canales
regulares y toman justicia por sus propias manos y eso ha influido en el ánimo
de la gente”, asienta.
“En cuanto a la
producción ha venido decayendo, estamos
a menos de un 50% de la capacidad instalada y eso es algo que queremos
impulsar…”, sostiene el técnico sidorista.
Cristóbal Pierluissi H.
José Luis Alcocer
Pedro Carpintero es un trabajador que pudiéramos ubicar dentro de esa
generación intermedia de sidoristas. Tiene 28 años en la Planta Siderúrgica del
Orinoco, desde que un día, como muchos sucrenses y orientales en general lo
hicieron desde los inicios de la empresa, decidió emigrar de su natal Cumanacoa, la
tierra del cacao, la caña de azúcar y el estribillo, “buscando nuevos aires y
horizontes”, como el mismo lo afirma.
Sin dejar de cumplir
cabalmente como desde el primer día con sus obligaciones laborales, quien se
desempeña como Técnico de Manejo en la Acería de Planchones, también forma
parte de esos nuevos cuadros del sindicalismo matancero. Se confiesa cristiano militante
y no olvida de quienes le ayudaron a entrar hace 28 años a la planta.
Pedro
Carpintero se convierte en nuestro tercer entrevistado como parte de la serie
“La historia de SIDOR contada por sus protagonistas”. Al responder a nuestro
cuestionario, cuenta de cómo se cumple su sueño de pasar de pintor a operar una
computadora. Pasa revista a las distintas etapas de la empresa y habla, con ese
humor típico de los orientales, de “duros tiempos” (cuando los argentinos), en
que a los sidoristas los llamaban los 4X4. “Trabajamos y trabajábamos y siempre
sacábamos cuatro mil bolívares, en vacaciones, en utilidades, en prestaciones,
en todo, donde percibíamos un poco más era cuando cobrábamos las acciones clase
B que fue una de las cosas positivas que teníamos”.
Atribuye, entre otras razones, la
caída de producción, a falta de insumos, repuestos y herramientas. “La
información que tenemos es que no hay presupuesto”. Y como trabajador y pastor
evangélico que es, le dice a las nuevas generaciones de sidoristas que “sean responsables, que
cumplan con su trabajo, el que cumple con su trabajo cumple con Dios, con su
familia, con el país”.
Sueño hecho realidad
-¿Qué tiempo tienes en Sidor y donde
laboras?
-Tengo 28 años de
servicios y laboro en la Aceria de Planchones donde me desempeño como Técnico
de Manejo.
-¿De qué parte del país eres?
-Yo vengo de Cumanacoa,
en un pueblito que se llama La Pragua,
Estado Sucre, allí transcurrió mi infancia, vengo de una familia humilde
de campesinos orientales y por cuestiones de fuentes de trabajo y buscando
nuevos aires y nuevos horizontes me trasladé a Ciudad Guayana donde después de
muchas diligencias conseguí enrolarme como trabajador de Sidor.
-Cuando estabas en el Estado Sucre. ¿Qué
información tenias de Sidor, cuál era tu expectativa, que referencia tenías de
la zona del hierro?
Pedro piensa, mientras se
pasa la mano por su frente, como sintiendo nostalgia de su terruño y añorando
las vituallas y los sancochos de corocoro.
-Bueno, allá en Sucre había
pocas plazas de trabajo, salvo algunos chances en la construcción, allá me
llegaba información de un hermano que ya estaba trabajado en el muelle de Sidor
y un buen día tomé la decisión de venir a Guayana pensando que podría pasar
unos cinco años por estas tierras. Pasé aproximadamente un año y medio buscando
trabajo y gracias a Dios pude ingresar a la siderúrgica, recuerdo que en empleo
estaba el señor Alfonso Puertas, quien es paisano de Cumanacoa, nos conocimos y
me ayudó mucho y hoy ya tengo 28 años y vine solo por cinco años.
-¿Cuál fue tu primer cargo en Sidor y como ha sido
el desarrollo de tu carrera en la planta?
-Bueno, mi primer cargo
fue de obrero y después me clasificaron a pintor y siendo pintor yo veía a un
compañero sentado frente a una computadora y le decía a Dios, porque soy
cristiano, soy creyente, yo le decía, mi Dios yo también quiero sentarme frente
a esa computadora, pero no quería que a mi compañero lo despidieran o que le
hicieran algo malo y yo le oraba mucho al Señor y vea como son las cosas, un
supervisor metió la renuncia y al compañero que manejaba la computadora lo
ascendieron al cargo y a mí, que era un obrero, me llamaron a ocupar el cargo
que tenia el compañero frente a la computadora.
Responsabilidad y disciplina
-¿Qué crees tú que prevaleció para que te
designaran para el cargo nuevo...?
-Mira para mi fue una
sorpresa, porque había mucha gente con más tiempo y más experiencia, creo que lo fundamental fue la ayuda de Dios,
pero también porque yo era muy responsable, llegaba temprano a mi trabajo, no
faltaba, yo estaba en el sitio de trabajo a las 7:00 AM, a las 3: PM y a las
11: PM (las horas de inicio de los turnos en Sidor), por eso siempre digo que
la responsabilidad es muy importante en la vida.
-En ese tiempo Sidor era administrada por el Estado. ¿Cómo percibes esa
primera etapa que Sidor era gerenciada por el gobierno nacional? ¿Cómo era el
comportamiento de la gente, de los supervisores, de los gerentes?
-Oye, había mucha
disciplina, había respeto entre los compañeros de trabajo, con los
supervisores, los jefes de sector, los trabajadores siempre fuimos cumplidores,
los permisos los solicitábamos con anticipación, tratábamos de cumplir con las
normas. Los resultados era que en los patios se veía la producción y eso que
éramos como 20.000 trabajadores, se veían los apilamientos, de planchones, de
palanquillas, de cabillas, incluso yo tenía que moverme a cubrir algunas
emergencias por la necesidad de hacer los despachos y hasta horas extras teníamos
que hacer porque había mucha producción.
La llegada de los argentinos
-Después que llegaron los argentinos. ¿Cómo fue la
conducta de los trabajadores, cómo fue el comportamiento desde el punto de
vista de la producción y de la responsabilidad como trabajadores?
-Con los argentinos hubo
muchos enfrentamientos y ellos eran muy exigentes en cuanto a las fallas
técnicas que pudieran ocurrir, cuando ocurría una falla el personal daba una
explicación para así tomar los correctivos y procurar que no volviera a repetirse.
Ahora bien, los trabajadores continuamos con nuestra disciplina y continuamos
cumpliendo con nuestra responsabilidad aun cuando las exigencias eran cada vez
mayores. Los argentinos siempre estaban empeñados en reducir los tiempos de
trabajo y cuando no se cumplía en el tiempo teníamos que dar explicaciones.
Los 4x4
-Con respecto a la actitud de los nuevos patronos,
en esa oportunidad. ¿Cómo fue su comportamiento? Me refiero al cumplimiento del
contrato colectivo y de los beneficios de los trabajadores.
-Ah bueno, allí si es
verdad que eran duros, en ese tiempo nos llamaban los 4X4, trabajamos y
trabajábamos y siempre sacábamos cuatro mil bolívares, en vacaciones, en
utilidades, en prestaciones, en todo, donde percibíamos un poco más, era cuando
cobrábamos las acciones clase B que fue una de las cosas positivas que
teníamos.
-Por eso vino el
conflicto en la discusión del contrato colectivo en el 2008, los argentinos no
aceptaron las peticiones de los trabajadores y es cuando el gobierno decide
nacionalizar, y después los argentinos ofrecieron más de lo que solicitábamos,
pero era demasiado tarde.
La reestatización
-Después que el Estado asume nuevamente la
conducción de la empresa bajo la consigna de “ahora los trabajadores vamos a
gobernar”, ¿cómo consideras que se está desarrollando la situación en la
Siderúrgica, particularmente en dos aspectos, la disciplina y la producción?
-Bueno, allí hay una
falla, porque se ha perdido un poco la disciplina que siempre habíamos
mantenido, lo mandos medios se sienten atemorizados porque hay grupos
sindicales que arremeten en contra de los supervisores y como cuentan con el
aval del gobierno, se saltan los canales regulares y toman justicia por sus
propias manos y eso ha influido en el ánimo de la gente.
Carpintero es
determinante en cuanto a este aspecto de las relaciones laborales y a
continuación expresa:
“Yo abogo por que se rescate el respeto entre
los trabajadores, que si los trabajadores cumplimos se nos respete y si hay
alguna falta por cualquier lado, por el patrono o por quien sea, allí están las
leyes”.
-En cuanto a la
producción –completa su respuesta- ha venido
decayendo, estamos a menos de un 50% de la capacidad instalada y eso es algo
que queremos impulsar porque el objetivo de toda empresa es producir para poder
subsistir, lo que exigimos los sidoristas es que sea en las mejores condiciones
laborales.
-¿A qué atribuyes la baja en la producción?
-Eso es sencillo y esta a
la vista, falta de insumos, repuestos y herramientas, la información que
tenemos es que no hay presupuesto.
Cumplir con Dios
Un consejo a las nuevas generaciones…
-Yo como pastor
evangélico y como trabajador les digo que sean responsables, que cumplan con su
trabajo, el que cumple con su trabajo cumple con Dios, con su familia, con el país.
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