jueves, 30 de enero de 2014

Pedro Carpintero, técnico de Acería de Planchones de SIDOR


Pedro Carpintero, técnico de Acería de Planchones
“Yo abogo por que se rescate el respeto
entre los trabajadores y el del patrono”

“Se ha perdido un poco la disciplina que siempre habíamos mantenido, lo mandos medios se sienten atemorizados porque hay grupos sindicales que arremeten en contra de los supervisores y como cuentan con el aval del gobierno, se saltan los canales regulares y toman justicia por sus propias manos y eso ha influido en el ánimo de la gente”, asienta.
“En cuanto a la producción  ha venido decayendo, estamos a menos de un 50% de la capacidad instalada y eso es algo que queremos impulsar…”, sostiene el técnico sidorista.

         Cristóbal Pierluissi H.
            José Luis Alcocer
            Pedro Carpintero es un trabajador que pudiéramos ubicar dentro de esa generación intermedia de sidoristas. Tiene 28 años en la Planta Siderúrgica del Orinoco, desde que un día, como muchos sucrenses y orientales en general lo hicieron desde los inicios de la empresa,  decidió emigrar de su natal Cumanacoa, la tierra del cacao, la caña de azúcar y el estribillo, “buscando nuevos aires y horizontes”, como el mismo lo afirma.
Sin dejar de cumplir cabalmente como desde el primer día con sus obligaciones laborales, quien se desempeña como Técnico de Manejo en la Acería de Planchones, también forma parte de esos nuevos cuadros del sindicalismo matancero. Se confiesa cristiano militante y no olvida de quienes le ayudaron a entrar hace 28 años a la planta.
            Pedro Carpintero se convierte en nuestro tercer entrevistado como parte de la serie “La historia de SIDOR contada por sus protagonistas”. Al responder a nuestro cuestionario, cuenta de cómo se cumple su sueño de pasar de pintor a operar una computadora. Pasa revista a las distintas etapas de la empresa y habla, con ese humor típico de los orientales, de “duros tiempos” (cuando los argentinos), en que a los sidoristas los llamaban los 4X4. “Trabajamos y trabajábamos y siempre sacábamos cuatro mil bolívares, en vacaciones, en utilidades, en prestaciones, en todo, donde percibíamos un poco más era cuando cobrábamos las acciones clase B que fue una de las cosas positivas que teníamos”.
            Atribuye, entre otras razones, la caída de producción, a falta de insumos, repuestos y herramientas. “La información que tenemos es que no hay presupuesto”. Y como trabajador y pastor evangélico que es, le dice a las nuevas generaciones  de sidoristas que “sean responsables, que cumplan con su trabajo, el que cumple con su trabajo cumple con Dios, con su familia, con el país”.

            Sueño hecho realidad
            -¿Qué tiempo tienes en Sidor y donde laboras?
-Tengo 28 años de servicios y laboro en la Aceria de Planchones donde me desempeño como Técnico de Manejo.
            -¿De qué parte del país eres?
-Yo vengo de Cumanacoa, en un pueblito que se llama La Pragua,  Estado Sucre, allí transcurrió mi infancia, vengo de una familia humilde de campesinos orientales y por cuestiones de fuentes de trabajo y buscando nuevos aires y nuevos horizontes me trasladé a Ciudad Guayana donde después de muchas diligencias conseguí enrolarme como trabajador de Sidor.

-Cuando estabas en el Estado Sucre. ¿Qué información tenias de Sidor, cuál era tu expectativa, que referencia tenías de la zona del hierro?
Pedro piensa, mientras se pasa la mano por su frente, como sintiendo nostalgia de su terruño y añorando las vituallas y los sancochos de corocoro.
-Bueno, allá en Sucre había pocas plazas de trabajo, salvo algunos chances en la construcción, allá me llegaba información de un hermano que ya estaba trabajado en el muelle de Sidor y un buen día tomé la decisión de venir a Guayana pensando que podría pasar unos cinco años por estas tierras. Pasé aproximadamente un año y medio buscando trabajo y gracias a Dios pude ingresar a la siderúrgica, recuerdo que en empleo estaba el señor Alfonso Puertas, quien es paisano de Cumanacoa, nos conocimos y me ayudó mucho y hoy ya tengo 28 años y vine solo por cinco años.

-¿Cuál fue tu primer cargo en Sidor y como ha sido el desarrollo de tu carrera en la planta?

-Bueno, mi primer cargo fue de obrero y después me clasificaron a pintor y siendo pintor yo veía a un compañero sentado frente a una computadora y le decía a Dios, porque soy cristiano, soy creyente, yo le decía, mi Dios yo también quiero sentarme frente a esa computadora, pero no quería que a mi compañero lo despidieran o que le hicieran algo malo y yo le oraba mucho al Señor y vea como son las cosas, un supervisor metió la renuncia y al compañero que manejaba la computadora lo ascendieron al cargo y a mí, que era un obrero, me llamaron a ocupar el cargo que tenia el compañero frente a la computadora.

Responsabilidad y disciplina
-¿Qué crees tú que prevaleció para que te designaran para el cargo nuevo...?
-Mira para mi fue una sorpresa, porque había mucha gente con más tiempo y más experiencia,  creo que lo fundamental fue la ayuda de Dios, pero también porque yo era muy responsable, llegaba temprano a mi trabajo, no faltaba, yo estaba en el sitio de trabajo a las 7:00 AM, a las 3: PM y a las 11: PM (las horas de inicio de los turnos en Sidor), por eso siempre digo que la responsabilidad es muy importante en la vida.
           
-En ese tiempo Sidor era administrada por el Estado. ¿Cómo percibes esa primera etapa que Sidor era gerenciada por el gobierno nacional? ¿Cómo era el comportamiento de la gente, de los supervisores, de los gerentes?

-Oye, había mucha disciplina, había respeto entre los compañeros de trabajo, con los supervisores, los jefes de sector, los trabajadores siempre fuimos cumplidores, los permisos los solicitábamos con anticipación, tratábamos de cumplir con las normas. Los resultados era que en los patios se veía la producción y eso que éramos como 20.000 trabajadores, se veían los apilamientos, de planchones, de palanquillas, de cabillas, incluso yo tenía que moverme a cubrir algunas emergencias por la necesidad de hacer los despachos y hasta horas extras teníamos que hacer porque había mucha producción.

La llegada de los argentinos
-Después que llegaron los argentinos. ¿Cómo fue la conducta de los trabajadores, cómo fue el comportamiento desde el punto de vista de la producción y de la responsabilidad como trabajadores?

-Con los argentinos hubo muchos enfrentamientos y ellos eran muy exigentes en cuanto a las fallas técnicas que pudieran ocurrir, cuando ocurría una falla el personal daba una explicación para así tomar los correctivos y procurar que no volviera a repetirse. Ahora bien, los trabajadores continuamos con nuestra disciplina y continuamos cumpliendo con nuestra responsabilidad aun cuando las exigencias eran cada vez mayores. Los argentinos siempre estaban empeñados en reducir los tiempos de trabajo y cuando no se cumplía en el tiempo teníamos que dar explicaciones.
            Los 4x4
-Con respecto a la actitud de los nuevos patronos, en esa oportunidad. ¿Cómo fue su comportamiento? Me refiero al cumplimiento del contrato colectivo y de los beneficios de los trabajadores.
           
-Ah bueno, allí si es verdad que eran duros, en ese tiempo nos llamaban los 4X4, trabajamos y trabajábamos y siempre sacábamos cuatro mil bolívares, en vacaciones, en utilidades, en prestaciones, en todo, donde percibíamos un poco más, era cuando cobrábamos las acciones clase B que fue una de las cosas positivas que teníamos.
-Por eso vino el conflicto en la discusión del contrato colectivo en el 2008, los argentinos no aceptaron las peticiones de los trabajadores y es cuando el gobierno decide nacionalizar, y después los argentinos ofrecieron más de lo que solicitábamos, pero era demasiado tarde.
           
La reestatización
 -Después que el Estado asume nuevamente la conducción de la empresa bajo la consigna de “ahora los trabajadores vamos a gobernar”, ¿cómo consideras que se está desarrollando la situación en la Siderúrgica, particularmente en dos aspectos, la disciplina y la producción?

-Bueno, allí hay una falla, porque se ha perdido un poco la disciplina que siempre habíamos mantenido, lo mandos medios se sienten atemorizados porque hay grupos sindicales que arremeten en contra de los supervisores y como cuentan con el aval del gobierno, se saltan los canales regulares y toman justicia por sus propias manos y eso ha influido en el ánimo de la gente.
Carpintero es determinante en cuanto a este aspecto de las relaciones laborales y a continuación expresa:
 “Yo abogo por que se rescate el respeto entre los trabajadores, que si los trabajadores cumplimos se nos respete y si hay alguna falta por cualquier lado, por el patrono o por quien sea, allí están las leyes”.
-En cuanto a la producción –completa su respuesta-  ha venido decayendo, estamos a menos de un 50% de la capacidad instalada y eso es algo que queremos impulsar porque el objetivo de toda empresa es producir para poder subsistir, lo que exigimos los sidoristas es que sea en las mejores condiciones laborales.

-¿A qué atribuyes la baja en la producción?

-Eso es sencillo y esta a la vista, falta de insumos, repuestos y herramientas, la información que tenemos es que no hay presupuesto.
            Cumplir con Dios
Un consejo a las nuevas generaciones…
-Yo como pastor evangélico y como trabajador les digo que sean responsables, que cumplan con su trabajo, el que cumple con su trabajo cumple con Dios, con su familia, con el país.
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