miércoles, 29 de enero de 2014


Luís Farreras: “Todo lo que tengo se lo debo
a Dios que me permitió trabajar en Sidor”


“Sidor es una gran Universidad, el que ha trabajado en ella
 puede trabajar en cualquier parte del mundo”, expresa el bolivarense con 38 años en la siderúrgica


                              Cristóbal Pierluissi H.
                              José Luis Alcocer
                                                           El “Maestro Farreras”, como cariñosamente le llaman sus compañeros de trabajo, a lo largo de 38 años de servicios en la Planta Siderúrgica del Orinoco “Alfredo Maneiro”, quien hoy aguarda por su merecida jubilación,  relata lo que fueron sus inicios en la industria, lo que ha sido toda una vida, el logro de trabajar en la empresa más grande de la región y una de las más grandes del país…Ese antes como empresa del Estado, luego la etapa de la privatización, en manos de la transnacional Ternium y finalmente,  ahora en los últimos años, nuevamente en manos del Estado Venezolano.
                              Se revela en Don Luís Farreras, su identidad con la empresa que le abrió las puertas en 1974  y a partir de entonces lo capacitó para el trabajo de ejecución, hasta llegar a funciones supervisorias en la Superintendencia de Servicios Generales, y que con respeto y afecto sus compañeros le llamen cariñosamente como el Maestro Farreras.
                              Este es el primer diálogo, con un sidorista, es fruto de una propuesta del trabajador y dirigente siderúrgico, el también economista y profesor universitario, José Luís Alcocer, con miras a recoger esas vivencias e historia de la pionera de la industria el acero en Venezuela, contada por sus protagonistas, entre quienes, sin duda alguna, también se cuentan él y los demás integrantes del equipo de Unidad Matancera...
                              Ingreso y trayectoria en Sidor.-  
                              -¿Cuál es su región de Origen?

                              -Nací en Ciudad Bolívar, mi infancia transcurrió entre la Avenida República y  la populosa Barriada de La Sabanita.

                              -¿Antes de ingresar a Sidor, como veía usted la empresa, que opinión se había formado desde fuera?
                              -Que era la empresa más grande de la región y generaba muchos  puestos de trabajo, por eso me fijé como una meta trabajar en Sidor, era como un prestigio trabajar en la Siderúrgica, siempre me imaginé los procesos complejos y de peligro dentro de la planta.
                              El maestro Farreras, como cariñosamente lo llaman muchos compañeros, rememora y manifiesta con mucho orgullo como fueron sus primeras diligencias en la búsqueda de la información para ingresar a trabajar.
                              Cuenta como fue el examen de admisión y su tiempo de aprendiz, y la etapa en el INCE de la ciudad de Cumanà donde lo envió la empresa junto a otro grupo de jóvenes emprendedores, ávidos de conocimientos para formarse en el área de refrigeración y aire acondicionado. “Eso fue en el año 1975”, recuerda Don Luis, era la época del “pleno empleo y de la gran Venezuela”.
                              “Yo había ingresado a Sidor un 15 de Enero de 1974, me inicié en el departamento de refrigeración y aire acondicionado dependiente de la Superintendencia de Servicios Generales. Siempre he trabajado allí. Sin embargo, me jacto de conocer toda la planta porque nosotros atendemos requerimientos del más mínimo hueco de Sidor”, puntualiza Farreras.

                              -¿Cuáles han sido sus cargos en sus años de servicio?

                              -Yo me inicié como aprendiz, luego me incorporé a los planes de carrera que adelantaba la empresa y pasé al cargo de Mecánico Inicial, luego Mecánico Intermedio, Mecánico Superior, Mecánico Mayor. Después de todos estos cargos, que se pueden considera de ejecución, pasé a Especialista de Instalación, el cual es un cargo con características mucho más técnico, de estudio y de investigación, y finalmente como Supervisor. Como puedes ver, toda una carrera de formación, de aprendizaje, fueron muchos los cursos a los que asistí, en Sidor siempre hubo preocupación por la preparación y formación del personal.
                             
                              Trabajo de calidad.-                               
                              -¿Cómo considera Ud. que se manejaba la empresa antes de la privatización, me refiero al nivel gerencial y supervisorio  por una parte y al compromiso de los trabajadores por otra?
                              -Antes de la privatización había mucha disciplina, aún cuando la empresa la manejaba el estado, los niveles jerárquicos mantenían un respeto entre si, cuando había un desliz por parte de los supervisores enseguida acudíamos al sindicato, fueron muchos los enfrentamientos que nos tocó vivir, sin embargo las cosas se resolvían.
                              -¿Y el sindicato se preocupaba, actuaba?
                              -Si, por lo general siempre era así. Los Matanceros siempre listos, como los boy scout (risas)
                              -Y el trabajador se hacía respetar…
                              -Evidentemente. Y el patrono respetaba.
.                             -¿Qué tal en cuanto a la mística y la calidad en el trabajo realizado, entonces?
                              -Entonces, para los trabajadores era como un código de honor que los trabajos que realizábamos fueran de calidad, logramos desarrollar un conocimiento excepcional, Sidor es una gran Universidad, el que ha trabajado en Sidor puede trabajar en cualquier parte del mundo, los gerentes y técnicos de las empresas del aluminio salieron de Sidor.
                              Lamentablemente, dependíamos de decisiones del gobierno, que algunas veces se ejecutaban y otras no, me refiero a las inversiones y adecuaciones tecnológicas y eso nos llevó a disminuir la capacidad de producción.


                              -Alguna anécdota o vivencia que Ud. recuerde en el tiempo que tiene trabajando en Sidor.

                              -Son muchas vivencias, pero hay una que me dejó marcado, porque lo sentí en carne propia y fue cuando estábamos discutiendo la Convención Colectiva el año 2008, teníamos 17 meses y la Trasnacional Ternium se mostraba prepotente, guapa y apoyada, por eso decidimos salir a la calle a protestar, y el 14 de marzo del 2008 fuimos apaleados por la Guardia Nacional y por la policía del Estado Bolívar, de esa memorable jornada todavía 53 compañeros trabajadores tienen un juicio abierto, destruyeron 57 carros de los sidoristas y nadie respondió por eso.
                              -Igualmente, recuerdo los primeros comedores en Sidor, eran los comedores de nutrición, eso era casi un espectáculo, no muy bueno, pero nos sirve para evaluar los avances que hemos tenido, porque en ese tiempo usábamos los vasitos de café partidos por la mitad para tomar la sopa y tampoco había cubiertos.

                              Innegable, con Ternium
                              aumentó la producción
                               -¿Cómo impactó en Ud. el cambio que significó el proceso de privatización?

                              -Cuando llegaron los argentinos, se nos dijo que la cosa no estaba muy buena porque tenían que hacer inversiones y los precios del acero estaban bajos. Se nos pidió hacer sacrificios y nosotros asumimos el reto. Sin embargo, la empresa no recompensó ese esfuerzo, no nos reconoció con beneficios todo lo que hicimos, los salarios eran bajísimos y esto nos llevó a realizar exigencias para mejorar nuestra calidad de vida, muchos profesionales jóvenes que ingresaban no tenían posibilidad de comprar una casa y eso era inaceptable en una empresa de la envergadura de Sidor.
                               -¿Cuáles cambios considera Ud. que se dieron durante el tiempo en que la trasnacional Ternium manejó a Sidor?
                              -Se dieron cambios importantes, de las cosas positivas fue que se capacitó la gente y se hicieron las adecuaciones tecnológicas de muchos equipos, se le dio importancia a la repuesta rápida de suministro de repuestos y se reorganizaron los departamentos para hacerlos más fluidos. Sin embargo, también aprovecharon esta reorganización para aumentar la carga de trabajo a la gente y eso fue motivo de muchos conflictos.
                              -En definitiva, ocurrió algo innegable, se aumento la producción.

                              Desorden y politización.-  
                              -En esta nueva etapa cuando Sidor vuelve a manos del Estado Venezolano. ¿Cómo lo evalúa desde su punto de vista como trabajador y también respecto al funcionamiento de la empresa?
                              -Después de la vuelta de la empresa a manos del estado, avanzamos desde el punto de vista social, se mejoraron los salarios. Sin embargo hemos tenido un retroceso en otros aspectos, ha comenzado a fallar el HCM, la cláusula escolar, los equipos se están deteriorando por falta de inversión, no hay repuestos ni insumos, la producción se ha venido a menos porque hay muchas deudas con los proveedores y lo que vemos es un desorden administrativo, se ha partidizado mucho la gestión gerencial. Y todavía esperamos porque se discuta y apruebe nuestra nueva convención colectiva de trabajo que está vencida desde hace tiempo…
                               -¿A que le atribuye el decrecimiento de la producción y la productividad?

                              -En los últimos años la gestión a nivel de la dirección de la empresa ha sido muy mala, el gobierno envió  gente que no conoce el mundo siderúrgico y por supuesto las decisiones no han sido las más acertadas y lo más grave es que se le ha dado más importancia a lo político que a lo técnico y a la producción.
                               -Un consejo a las nuevas generaciones…

                              -Que se preparen, que estudien, que se identifiquen más con la empresa, que usen la política para cosas creativas y positivas, por ejemplo deben rechazar aquellos que están en comisión de servicio, es decir, cobran sin trabajar sin ningún beneficio para los trabajadores.
                               El Maestro Farreras, actualmente sigue en el mismo departamento de Servicios Generales y está a la espera de la jubilación. Después de 38 años de servicios y de haber dado toda una vida por el desarrollo del país es lo menos que puede esperar, concluye diciendo: “Todo lo que tengo se lo debo a Dios que me permitió trabajar todo este tiempo en Sidor”.
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