Luís
Farreras: “Todo lo que tengo se lo debo
a Dios que me permitió trabajar en Sidor”
“Sidor es una
gran Universidad, el que ha trabajado en ella
puede trabajar en cualquier parte del mundo”,
expresa el bolivarense con 38 años en la siderúrgica
Cristóbal Pierluissi H.
José Luis Alcocer
El “Maestro Farreras”, como cariñosamente le
llaman sus compañeros de trabajo, a lo largo de 38 años de servicios en la Planta Siderúrgica
del Orinoco “Alfredo Maneiro”, quien hoy aguarda por su merecida jubilación, relata lo que fueron sus inicios en la
industria, lo que ha sido toda una vida, el logro de trabajar en la empresa más
grande de la región y una de las más grandes del país…Ese antes como empresa
del Estado, luego la etapa de la privatización, en manos de la transnacional
Ternium y finalmente, ahora en los
últimos años, nuevamente en manos del Estado Venezolano.
Se revela en Don
Luís Farreras, su identidad con la empresa que le abrió las puertas en 1974 y a partir de entonces lo capacitó para el
trabajo de ejecución, hasta llegar a funciones supervisorias en la Superintendencia de Servicios Generales, y que con respeto y afecto sus
compañeros le llamen cariñosamente como el Maestro Farreras.
Este es el primer
diálogo, con un sidorista, es fruto de una propuesta del trabajador y
dirigente siderúrgico, el también economista y profesor universitario, José
Luís Alcocer, con miras a recoger esas vivencias e historia de la pionera de la
industria el acero en Venezuela, contada por sus protagonistas, entre quienes,
sin duda alguna, también se cuentan él y los demás integrantes del equipo de
Unidad Matancera...
Ingreso y
trayectoria en Sidor.-
-¿Cuál es su región de Origen?
-Nací
en Ciudad Bolívar, mi infancia transcurrió entre la Avenida República
y la populosa Barriada de La Sabanita.
-¿Antes de
ingresar a Sidor, como veía usted la empresa, que opinión se había formado
desde fuera?
-Que
era la empresa más grande de la región y generaba muchos puestos de trabajo, por eso me fijé como una
meta trabajar en Sidor, era como un prestigio trabajar en la Siderúrgica , siempre
me imaginé los procesos complejos y de peligro dentro de la planta.
El
maestro Farreras, como cariñosamente lo llaman muchos compañeros, rememora y
manifiesta con mucho orgullo como fueron sus primeras diligencias en la
búsqueda de la información para ingresar a trabajar.
Cuenta
como fue el examen de admisión y su tiempo de aprendiz, y la etapa en el INCE
de la ciudad de Cumanà donde lo envió la empresa junto a otro grupo de jóvenes
emprendedores, ávidos de conocimientos para formarse en el área de
refrigeración y aire acondicionado. “Eso fue en el año 1975” , recuerda Don Luis, era
la época del “pleno empleo y de la gran Venezuela”.
“Yo
había ingresado a Sidor un 15 de Enero de 1974, me inicié en el departamento de
refrigeración y aire acondicionado dependiente de la Superintendencia
de Servicios Generales. Siempre he trabajado allí. Sin embargo, me jacto de conocer
toda la planta porque nosotros atendemos requerimientos del más mínimo hueco de
Sidor”, puntualiza Farreras.
-¿Cuáles
han sido sus cargos en sus años de servicio?
-Yo me inicié como
aprendiz, luego me incorporé a los planes de carrera que adelantaba la empresa
y pasé al cargo de Mecánico Inicial, luego Mecánico Intermedio, Mecánico
Superior, Mecánico Mayor. Después de todos estos cargos, que se pueden
considera de ejecución, pasé a Especialista de Instalación, el cual es un cargo
con características mucho más técnico, de estudio y de investigación, y
finalmente como Supervisor. Como puedes ver, toda una carrera de formación, de
aprendizaje, fueron muchos los cursos a los que asistí, en Sidor siempre hubo
preocupación por la preparación y formación del personal.
Trabajo
de calidad.-
-¿Cómo
considera Ud. que se manejaba la empresa antes de la privatización, me refiero
al nivel gerencial y supervisorio por
una parte y al compromiso de los trabajadores por otra?
-Antes de la
privatización había mucha disciplina, aún cuando la empresa la manejaba el
estado, los niveles jerárquicos mantenían un respeto entre si, cuando había un
desliz por parte de los supervisores enseguida acudíamos al sindicato, fueron
muchos los enfrentamientos que nos tocó vivir, sin embargo las cosas se
resolvían.
-¿Y el
sindicato se preocupaba, actuaba?
-Si, por lo
general siempre era así. Los Matanceros siempre listos, como los boy scout
(risas)
-Y el
trabajador se hacía respetar…
-Evidentemente. Y
el patrono respetaba.
. -¿Qué tal en
cuanto a la mística y la calidad en el trabajo realizado, entonces?
-Entonces, para
los trabajadores era como un código de honor que los trabajos que realizábamos
fueran de calidad, logramos desarrollar un conocimiento excepcional, Sidor es
una gran Universidad, el que ha trabajado en Sidor puede trabajar en cualquier
parte del mundo, los gerentes y técnicos de las empresas del aluminio salieron
de Sidor.
Lamentablemente,
dependíamos de decisiones del gobierno, que algunas veces se ejecutaban y otras
no, me refiero a las inversiones y adecuaciones tecnológicas y eso nos llevó a
disminuir la capacidad de producción.
-Alguna
anécdota o vivencia que Ud. recuerde en el tiempo que tiene trabajando en
Sidor.
-Son muchas
vivencias, pero hay una que me dejó marcado, porque lo sentí en carne propia y
fue cuando estábamos discutiendo la Convención Colectiva
el año 2008, teníamos 17 meses y la Trasnacional Ternium
se mostraba prepotente, guapa y apoyada, por eso decidimos salir a la calle a
protestar, y el 14 de marzo del 2008 fuimos apaleados por la Guardia Nacional
y por la policía del Estado Bolívar, de esa memorable jornada todavía 53
compañeros trabajadores tienen un juicio abierto, destruyeron 57 carros de los
sidoristas y nadie respondió por eso.
-Igualmente,
recuerdo los primeros comedores en Sidor, eran los comedores de nutrición, eso
era casi un espectáculo, no muy bueno, pero nos sirve para evaluar los avances
que hemos tenido, porque en ese tiempo usábamos los vasitos de café partidos por
la mitad para tomar la sopa y tampoco había cubiertos.
Innegable, con
Ternium
aumentó
la producción
-Cuando llegaron
los argentinos, se nos dijo que la cosa no estaba muy buena porque tenían que
hacer inversiones y los precios del acero estaban bajos. Se nos pidió hacer
sacrificios y nosotros asumimos el reto. Sin embargo, la empresa no recompensó
ese esfuerzo, no nos reconoció con beneficios todo lo que hicimos, los salarios
eran bajísimos y esto nos llevó a realizar exigencias para mejorar nuestra
calidad de vida, muchos profesionales jóvenes que ingresaban no tenían
posibilidad de comprar una casa y eso era inaceptable en una empresa de la
envergadura de Sidor.
-Se dieron cambios
importantes, de las cosas positivas fue que se capacitó la gente y se hicieron
las adecuaciones tecnológicas de muchos equipos, se le dio importancia a la repuesta
rápida de suministro de repuestos y se reorganizaron los departamentos para
hacerlos más fluidos. Sin embargo, también aprovecharon esta reorganización
para aumentar la carga de trabajo a la gente y eso fue motivo de muchos conflictos.
-En definitiva,
ocurrió algo innegable, se aumento la producción.
Desorden y
politización.-
-En
esta nueva etapa cuando Sidor vuelve a manos del Estado Venezolano. ¿Cómo lo
evalúa desde su punto de vista como trabajador y también respecto al funcionamiento
de la empresa?
-Después de la
vuelta de la empresa a manos del estado, avanzamos desde el punto de vista
social, se mejoraron los salarios. Sin embargo hemos tenido un retroceso en
otros aspectos, ha comenzado a fallar el HCM, la cláusula escolar, los equipos
se están deteriorando por falta de inversión, no hay repuestos ni insumos, la
producción se ha venido a menos porque hay muchas deudas con los proveedores y
lo que vemos es un desorden administrativo, se ha partidizado mucho la gestión gerencial.
Y todavía esperamos porque se discuta y apruebe nuestra nueva convención
colectiva de trabajo que está vencida desde hace tiempo…
-En los últimos
años la gestión a nivel de la dirección de la empresa ha sido muy mala, el
gobierno envió gente que no conoce el
mundo siderúrgico y por supuesto las decisiones no han sido las más acertadas y
lo más grave es que se le ha dado más importancia a lo político que a lo
técnico y a la producción.
-Que se preparen,
que estudien, que se identifiquen más con la empresa, que usen la política para
cosas creativas y positivas, por ejemplo deben rechazar aquellos que están en
comisión de servicio, es decir, cobran sin trabajar sin ningún beneficio para
los trabajadores.
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